Transformando vidas: Conociendo la realidad de los inmigrantes en Almería

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Voluntarios en Almería

Por William Vizcaíno, OAR

Por segundo año consecutivo, un grupo de frailes agustinos recoletos provenientes de Monachil (Granada), acudimos a San Isidro de Níjar (Almería) para realizar un voluntariado de dos semanas.

En esta ocasión, los designados fuimos Marcelo Bragatto, Mateus Palacios y Clauciano Ulve (braileños), Sebastián Gareis (argentino) y Leonardo Luquez y yo, William Vizcaíno (venezolanos).

Viaje y acogida

Por la tarde del 21 de enero, emprendimos nuestro viaje. En el recorrido hasta San Isidro, logramos divisar el mar que rodea a la hermosa ciudad de Almería y sus innumerables invernaderos.

Al llegar, las hermanas Aracelis, Encarnación, Francisca, Orencia y Teresa (Mercedarias de la Caridad), nos recibieron con mucho entusiasmo y nos entregaron las llaves de la casa donde nos quedaríamos durante dos semanas, mientras realizábamos el voluntariado en las tres obras sociales que ellas desempeñan en este pueblo almeriense donde reside un número importante de inmigrantes africanos.

Proyectos con migrantes

Las tres obras sociales que las hermanas desempeñan son: la escuela para enseñanza de español, el taller ocupacional para desempleados y el reparto de alimentos en un almacén del ayuntamiento local.

Voluntarios en Almería

Voluntarios en Almería

La experiencia de voluntariado fue muy enriquecedora. Ha sido una oportunidad para conocer la realidad de los inmigrantes que llegan al pueblo de san Isidro y sus alrededores, provenientes en su mayoría de África. Al mismo tiempo, hemos podido brindar un poco de apoyo a las Hermanas Mercedarias.

Intercongregacionalidad

En la escuela donde enseñamos español, tuvimos la grata experiencia de apoyar a las hermanas Encarnación, Orencia y Elisenda, quienes pertenecen a la congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres. Un claro ejemplo de intercongregacionalidad en beneficio de los más desfavorecidos.

La escuela tiene dos horarios; por la mañana (de 9:30 a 10:45), suelen acudir mujeres, mientras que por la tarde (de 7:30 a 8:30) son los hombres quienes reciben las clases, ya que durante el día trabajan en los invernaderos.

Alegría en la ayuda

“La alegría que expresaba una de las estudiantes luego de pronunciar y entender una palabra en español me generaba mucha satisfacción y motivación para continuar enseñando”, comentó Clauciano.

Voluntario en Almería

Voluntario en Almería

En cuanto al taller ocupacional, la hermana Francisca es quien está al frente de esta obra que beneficia a hombres y mujeres que se encuentran desempleados, mediante el aprendizaje de la confección y costura de manualidades (llaveros, bolsos y estuches, entre otros) que luego son vendidos en algunos mercadillos locales. Aquí ofrecimos un poco de mano de obra y creatividad.

Por su parte, en un almacén del ayuntamiento local, que está a cargo de la hermana Aracelis, brindamos apoyo para preparar y repartir las bolsas de alimentos que benefician a 50 personas diariamente.

Cabe destacar, que compartimos el trabajo con dos voluntarias marroquíes, Mbarca y Zuleima, y dos voluntarios españoles, Lucas y Carlos. Los cuatro residen en la localidad, son muy trabajadores y comprometidos.

Eucaristía en el centro

Ahora bien, en nuestra jornada de voluntariado diario, no podía faltar el momento de la celebración eucarística, que solíamos tener a las 7 de la tarde en la parroquia de San Isidro de Níjar, junto con las hermanas mercedarias y algunos vecinos del pueblo. Don Manuel Pozo presidió las celebraciones. Sin lugar a dudas, pudimos compartir el Pan de la Palabra y el Pan Eucarístico en torno a la mesa del Señor.

Finalmente, el viernes 2 de febrero, un día antes de regresar a Monachil (Granada), visitamos uno de los asentamientos a las afueras del pueblo, donde viven muchos inmigrantes marroquíes y africanos subsaharianos. Llevamos algunos muebles donados y contactamos con las dificultades que viven estos hermanos que deciden venir a España buscando nuevas oportunidades de empleo, educación y bienestar.

Agradecemos la atención, compañía y testimonio de las Hermanas Mercedarias de la Caridad durante estos días de voluntariado. Dios las continúe bendiciendo y fortaleciendo para continuar desempeñando este servicio en la Iglesia almeriense.

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